Margarita de Rubén Darío
Quizás este es un poema que ha quedado en la sombra del poema Margarita Debayle, pero he querido rescatar estos versos de Rubén Darío ya que son, desde mi punto de vista, un claro ejemplo de biografía del autor.
¿Recuerdas que querías ser una Margarita
Gautier? Fijo en mi mente tu extraño rostro está,
cuando cenamos juntos, en la primera cita,
en una noche que ya no volverá.
·
Tus labios escarlatas de púrpura maldita
sorbían el champaña del fino baccarat;
tus dedos deshojaban la blanca margarita:
«Sí… no… sí… no…»¡y sabías que te adoraba ya!
·
Después, ¡oh flor de Histeria!, llorabas y reías;
tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo;
tus risas, tus fragancias, tus quejas eran mías.
·
Y en una tarde triste de los más dulces días,
la Muerte, la celosa, por ver si me querías,
¡como a una margarita de amor te deshojó!
Se trata de un soneto basado en la experiencia personal de Darío y también está dedicado a su Musa Margarita Debayle tal y como se explica en las obras completas de Rubén Darío. El poema se escribió con una dedicatoria in memoriam… de la propia dama.
POEMA RUBÉN DARÍO | COMENTARIO
El soneto tiene catorce versos, como todos, pero la composición sí que tiene alguna variación en cuanto a la rima que se emplea siendo ABAB ABAB CDC CCD la rima que Darío escoge para este soneto. Es curioso el CCD final y no suele ser habitual dentro de la poesía española siendo el CDC CDC el más común en los tercetos.
Esta rima es una mezcla entre los sonetos españoles y los primeros sonetos franceses —sacados de la poesía italiana— que sí que optan por dos pareados rimados en el terceto (CCD DDC) para sus composiciones como se podría observar en la poesía de Clement Marot.
MARGARITA Y RUBÉN DARÍO
El poema se encuentra dentro de las obra prosas profanas de Darío (1896) y nos explica en catorce versos su relación con Margarita Debayle. A ella siempre le gustó haber sido la musa de un poeta famoso y reconocido entre los suyos y de aquí se nos explica su relación de principio a fin, tal y como nos muestra el último terceto.
En primer lugar tenemos un Darío muy entrañable que inicia su discurso con una pregunta: ¿Recuerdas…? Con un inicio así desarma al lector y le deja vulnerable a cualquier ataque sentimental como él mismo se dispone a hacer. Al final del segundo cuarteto nos encontramos ante un Rubén Darío enamorado que confiesa estar profundamente entregado a su amada Margarita.
La llamará Flor de Histeria y el lector entiende aquí una broma entre ambos enamorados. Estos versos de amor han conseguido dejar al lector atónito y con ganas de saber cómo piensa Rubén Darío concluir tal romance cuando en la cuarta estrofa consigue derrumbarnos:
Y en una tarde triste de los más dulces días,
la Muerte, la celosa, por ver si me querías,
¡como a una margarita de amor te deshojó!
Margarita Debayle ha muerto y con sigo todos los recuerdos del amor. Para Rubén Darío su musa era una niña, una gentil princesita tal y como él nos lo muestra en su extenso poema Margarita Debayle.
IMAGEN DE MARGARITA GAUTIER
Formalmente, el poema es un espectáculo para los oídos. Siempre recomiendo leer los poemas ad alta voce para seguir el sonido y la melodía. Desde el primer encabalgamiento entre la palabra Margarita y Gautier el autor nos sitúa ante un amor idílico pero también muy sentido.
No cabe duda de que este es uno de los poemas de Rubén Darío que más fascinado me deja y al mismo tiempo te transmite una cierta melancolía. En catorce versos une la vida y obra de Darío dando comienzo a una época de poesía de la experiencia.
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